terça-feira, outubro 16, 2007

Elejía sencilla II

Tenía blanco el cabello,
tenía la barba blanca
i una dulzura de amor
i de ensueño en la mirada.

Tenía pálido el rostro,
tenía las manos pálidas...
se fue una tarde i ya nunca
más se oyeron sus palabras.

No se oyeron más sus pasos
en los patios de esa casa,
ni lo han visto más sus perros
que sollozando lo aguardan.

Abandonado quedó
el bastón que acostumbraba,
nostáljico de esas pródigas
manos que ya no se alargan.

Pero aún en esa tardes
en que se recoje el alma,
en todo hai como una sombra
trémula que se ajiganta..

Cuando se iba ya, dejó
en el campo una mirada
tan honda i triste, que aún
está conjelada en lágrimas...

Tenía blanco el cabello,
tenía la barba blanca…
tenía pálido el rostro,
tenía las manos pálidas.

Jorge González Bastías

segunda-feira, outubro 08, 2007

Estoy cansado

Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.

Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.

Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.

Luis Cernuda
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