quinta-feira, novembro 16, 2006

La Habana, 1989

Existe un sinfín de cosas que hubiera deseado hacer.
Hubiese querido, por ejemplo, estar en una multitud -- New
York 1957 --
y ver pasar a Norma Jean, sonriendo desde un descapotable
y al igual que otros cientos gritarle: "te amo".
Quisiera haber podido cercenar el brazo que en 1948, en
Nueva Delhi
asesinó al hombre de la más grande alma.
Hubiese querido estar en Monterrey en 1967,
ebrio de blues,
y recoger cada pedado de corazón que la Joplin lanzara desde el
escenario./
Quisiera haber estado en Memphis -- 1968 --
y detener la bala racista que ultimó al rey de los pastores.
Pero estoy en La Habana, 1989,
y sólo me cabe morder la mano que trata de amordazarme.

Omar López Montenegro
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