segunda-feira, julho 03, 2006

Estación San Isidro

¿Y si volver no fuese como caer?

El color que tenía todo antes de irse:
lo diagonal del andén, un vértigo
a través de la luz, una secreta
noche infinita no localizable,
mortalidad del sol.

¿Y si el tiempo no fuera como diluirse?
Si la mañana pudiera restaurar
de su fractura el alma, pegar los pedazos del café,
desayunar
frente a tu pelo del color del árbol,
no de la nieve.

Nunca hubo ningún siempre.
La letra de mi vida se gastó sin nacer.
Pero algo, una música de ciudades
te escribe sin idioma, te dibuja de nuevo
en rojo y en azul, como si nada
hubiera comenzado.


Beatriz Vignoli
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